DiBuJo Artístico . Bach artes 2º bach
"El dibujo es un método fantástico de primera aproximación. A un niño pequeño no les puedes decir que te cuente su vida, así que utilizamos los métodos indirectos y uno de ellos es el dibujo. Él lo vive como algo relajante, poco intrusivo y se puede deducir desde el temperamento hasta cosas que está sintiendo o por las que está pasando y que no es capaz de expresar con palabras", explica Sergi Banús Llort, psicólogo clínico infantil, autor de la web Psicodiagnosis.es, donde explica con detenimiento cómo interpretar los dibujos infantiles aunque esta labor, advierte a los padres, es recomendable que sea realizada por especialistas para no sacar conclusiones precipitadas y erróneas.
¿En qué orden ha dibujado a los miembros de su familia?, ¿dónde?, ¿a qué tamaño? ¿Cómo es el hogar que ha pintado? Sus puertas y ventanas... ¿están abiertas o cerradas? ¿Hay algún camino? ¿qué colores utiliza?... Las respuestas a éstas y otras preguntas le darán numerosas pistas sobre la personalidad del niño, de qué siente junto a su familia, de cómo se relaciona con el mundo e incluso de si tiene algún conflicto emocional que no sepa explicar.
A partir de los 5 o 6 años se puede analizar un dibujo. En esta etapa, se puede prestar atención a varios aspectos: cómo coge los lápices (una presión excesiva puede ser un indicador de tensión); si disfruta o no de la actividad (el hecho de que a un niño le guste dibujar, es un buen indicador de la capacidad de aprendizaje posterior); el espacio (ocupar todo el folio se asocia a confianza y seguridad y si los garabatos son pequeños reflejan timidez, retraimiento, introversión); el trazo (si es firme demuestra muchas ganas de explorar pero si se efectúa con exceso de presión o velocidad puede indicar cierta impulsividad o falta de control) y los colores que utiliza (si es creativo cogerá muchos lápices; el niño tranquilo coloreará de forma más exacta)
los psicólogos infantiles suelen recurrir a ellos como herramienta diagnóstica. El más utilizado es el test HTP (House, Tree, Person), que consiste en pedir a los niños que dibujen una casa, un árbol y una figura humana. Estas pruebas, que se complementan con el 'retrato' de una familia, se analizan de forma conjunta y no individualmente. Y nunca puede considerarse certezas porque hay que tener en cuenta muchos factores: cómo es el niño, su edad, el entorno y sus experiencias vitales.
El árbol se interpreta como la proyección del propio yo y la apariencia del tronco, su grosor, color o tamaño, nos da pistas de la percepción que tiene de sí mismo. "Un niño introvertido haría una copa pequeña, uno extrovertido, grande y uno agresivo con pinchos. Las raíces son lo que te conecta con tu familia. Si no hay raíces, el árbol es inestable en la base o no hay tierra, quizás el niño perciba poca comunicación en la familia", explica Llanús.
En su libro, Ferrerós resume los "signos negativos" en estos particulares dibujos de naturaleza: "un árbol demasiado pequeño, sin copa o con raíces, desproporcionado o extraño. Si es excesivamente grande muestra cierta tendencia a desafiar las normas y cuestionar la autoridad". Los positivos son "una copa más grande que el tronco (tiene una gran imaginación), colores adecuados, frutos o animales". Cuánto más típico es el árbol, más socializado está el niño.
En su amplia experiencia con menores bajo custodia de la Generalitat de Cataluña con graves problemas afectivos por situaciones de abandono o por haber crecido en el seno de familias desestructuradas, Sergi Banús ha podido observar que en la inmensa mayoría de los dibujos de estos niños -y por extensión en los de otros con similares carencias- exteriorizan ese vacío emocional dibujando un agujero en medio del tronco. No obstante, que no cunda el pánico si usted encuentra un árbol de estas características en la carpeta escolar de su hijo, quizás lo ha visto en una excursión o simplemente ha visto un episodio en televisión del 'Pajaro loco'.
La casa es la relación con el mundo exterior, con su entorno social. Si el niño cierra las ventanas y puertas de esa vivienda a cal y canto es porque es una persona "cerrada", si las abre, refleja un carácter "sociable y deja entrar a todo el mundo".
Un pequeño por ejemplo que recuadra los dibujos, con cielo, tierra, árboles a los lados y se retrata flanqueado de sus padres está proclamando a los cuatro vientos "su necesidad de sentirse protegido", explica Ferrerós.
Si a menudo pinta la figura humana triste o con dientes, pelos en punta, manos abiertas (esto significa que percibe la figura como hostil). Si lo que su hijo ha dibujado suele tener un tamaño excesivamente pequeño es porque el niño se siente muy inseguro o deprimido.
También debe prestar especial atención al hecho de que repita los mismos elementos una y otra vez sin variación. "Que un niño de siete u ocho años dibuje figuras que son como clones, sin rasgos femeninos o masculinos, puede ser indicativo de algún problema cognitivo de maduración", explica Banús. El dibujo refleja que ha memorizado una figura humana y ya no tienen más recursos.
Autocontrol. Simetría en el dibujo. Formas onduladas, bien proporcionadas. Si el dibujo está coloreado no se traspasan los límites del contorno.
Autoestima . Un niño con un buen concepto de sí mismo, organiza bien el espacio del que dispone en su folio para dibujar, las personas que dibuja son grandes y tienen los brazos y las manos abiertas. Su expresión es positiva. Problemas de relación social o con sus iguales. Cuando un niño está sufriendo alguna situación de conflicto suele dibujar los brazos pegados al cuerpo, con expresión neutra o triste. El tamaño de la figura depende de cómo la afronta. Si lo vive como una agresión a la que debe plantar cara la dibujará grande, si se siente indefenso, con temores o incapaz de superar el problema, dibujará la figura pequeña.